News Visionarios mundos de compras en la provincia bielorrusa
A veces la historia hace florecer ciudades asombrosas, como la bielorrusa Vítebsk. Cuando en 1919 Marc Chagall fundó la escuela de arte en su ciudad de origen y enroló a grandes artistas de la vanguardia rusa como Kasimir Malewitsch, nadie podía imaginar aún que Vítebsk se convertiría en un importante lugar de producción en Belarús. A tres horas y media en coche de la capital Minsk, en el lugar donde en su día marcaban el ritmo la hoz y el martillo, produce desde 2016 Modern Expo conforme a los estándares más modernos. El proveedor de minoristas con sede central en Ucrania experimenta hoy en el mundo de las compras del mañana, en una nave industrial de la época soviética. «El futuro es de las compras en red», afirma Oleg Tkachuk. El director general habla de un carro de la compra que no solo transporta la mercancía, sino que también la pesa y ofrece información útil al consumidor. Por ejemplo, el número de calorías que suman los alimentos comprados.
Desde el día uno, el ucraniano Oleg Tkachuk estuvo presente en la construcción de la sede de Vítebsk. «Todo el mundo se preguntó qué pintaba Modern Expo en Vítebsk», recuerda. Un factor decisivo para la elección del lugar fueron las buenas condiciones económicas: en la nueva zona de libre comercio, la empresa se beneficia de ventajas fiscales. Una parte del trato fue la reconstrucción de una fábrica de relevancia histórica.
Entre tanto, se han acallado las voces críticas. Los números revelan por qué: al año salen de fábrica 1600 suministros, cada uno de los cuales tiene un peso mínimo de 20 toneladas. Tkachuk: «No escondemos que estamos orgullosos de estas cifras.» Tampoco es ningún secreto el extremadamente eficiente método de producción: Modern Expo produce aplicando consecuentemente los principios Lean.
Lean es religión
Acompañado de su smartphone, que está continuamente sonando, el jefe nos guía por las naves de producción, de una limpieza casi de hospital, y nos explica cómo se trabaja aquí. Todo está coordinado de manera precisa, paso a paso. Desde el principio se forma a todos los empleados en producción Lean: «Para nosotros, Lean es como una religión», apunta Oleg Tkaschuk.
Es evidente: Lean no solo es una ilusión, sino lo que aquí se vive día a día. El corazón de cualquier experto en Lean se acelera al conocer el núcleo de esta producción. Se compone de tres células idénticas, cada una dotada de una máquina de corte por láser BySprint Fiber 3015, así como tres plegadoras Xpert 100. A cada célula de protección hay conectada una máquina de soldar separada que en caso necesario refuerza a continuación las chapas procesadas. Los recorridos en la célula de producción son tan cortos, que los trabajadores apenas tienen que andar dos pasos para el siguiente paso de procesamiento. Pueden plegarse y seguir procesándose paralelamente distintas piezas.
Justo después del corte y el plegado, las piezas, colgadas del techo de la fábrica, llegan a un taller de pintura totalmente automatizado. Los elementos se pintan de acuerdo con la especificación del cliente. Siguiente parada: sala de secado. Al final, las piezas se combinan según las preferencias del cliente. Aquí todo está configurado siguiendo el principio Kanban: cada tornillo y cada herramienta están registrados; nada se deja al azar. Por último, se embalan las piezas y se expiden in situ los documentos aduaneros. El avanzado método de producción también entraña algunos retos... aunque sean más bien de los que hacen gracia. «A menudo, las autoridades aduaneras no pueden creer que desde la entrada de las chapas en bruto hasta la entrega del producto acabado transcurra tan poco tiempo», cuenta Oleg Tkachuk.