News Un rompecabezas de más de 10 000 piezas
Incluso con las mejores intenciones del mundo, el clima perfecto para volar no existe hoy día. Hace un día de tormenta. En el cielo sobre el aeródromo de Buochs (Suiza), uno busca aviones en vano. No ocurre así en el hangar de construcción S, el nuevo edificio de 200 metros de largo justo al borde de la pista. En él hay aparcados y perfectamente alineados fuselajes de aviones en varios estados de fabricación. Este es el último modelo de la flota de Pilatus Flugzeugwerke AG, el PC-24, y uno de estos «Super Versatile Jets», de media, sale cada semana de los hangares de fabricación de la Suiza central. Desde hace aproximadamente un año, la filial de Bystronic, FMG, también está realizando una importante aportación que ha ayudado a mantener la buena marcha de este proceso. Se trata de un almacén en altura diseñado a medida.
Después de todo, la construcción de aviones no es sólo una obra maestra técnica, sino también logística: en un PC-24 hay que instalar más de 10 000 piezas individuales diferentes (desde el panel lateral de 7 metros de largo hasta los remaches individuales) durante su construcción. Para asegurar que el servicio de producción prosiga sin problemas, cada pieza debe estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado. El trabajo de Thomas Gosso es garantizar esto. El jefe de equipo de logística en ingeniería estructural domina tres sistemas de almacenamiento diferentes: «Tenemos un almacén para piezas pequeñas, una lanzadera para componentes de tamaño medio... y el almacén en altura FMG para piezas que requieren mucho espacio».
Vista detallada del almacén en altura de Bystronic: fue concebido especialmente para la producción del nuevo hangar de construcción y no es una solución estándar.
Una solución a medida eficiente y flexible
Dos veces al día, un camión se dirige a la zona de recepción de mercancías y entrega las piezas que se fabrican a unos pocos cientos de metros de distancia en las fábricas de Stans; aproximadamente dos veces por semana, también llegan aquí los componentes de los proveedores externos. Como está ocurriendo en este mismo instante: los expertos en logística de Pilatus están sacando los tornillos de la caja de transporte de madera. Bajo la tapa, salen a la luz los paneles de las alas del PC-24 en «verde imprimación», el color verde mate que tienen todas las piezas del avión antes de ser pintadas. Los empleados controlan la grúa apiladora mediante el sistema central de gestión de almacenamiento. Usando el puente grúa integrado, elevan las piezas en las cajitas de acero de 10 metros de largo por 2 metros de anchura del almacén en altura. Hay 62 cajitas en el almacén en cuatro alturas de carga diferentes, de entre 60 y 250 centímetros.
Aunque cada cajita tiene un lugar fijo en el almacén en altura, este viene equipado con una zona de amortiguación donde las cajitas puedan colocarse temporalmente. Esto permite una reacción flexible a los suministros y pedidos y un proceso de carga y descarga eficiente. La función de los sensores es garantizar la seguridad de los empleados, asegurar que las cajitas se carguen correctamente y que ningún componente sobresalga de los paneles laterales o la altura de carga. De este modo se evitan daños costosos.
Las funciones convencen, sobre todo si se tiene en cuenta que el almacén en altura no es una solución estándar, sino que fue diseñado específicamente para la producción en el nuevo hangar de construcción. Esto planteó retos muy específicos, como recuerda Thomas Gosso: «Todos los valores de las especificaciones de las soluciones de almacenamiento se basaban en suposiciones, pues el hangar aún no existía. Razón de más para estar satisfecho de que todo funcione ahora sin problemas». El sistema experimentó algunas dificultades en su infancia, pero gracias a la competencia del servicio, se pudieron remediar rápidamente todos los fallos.
La construcción del jet Pilatus requiere un titánico esfuerzo para el que son necesarias miles de piezas individuales.